martes, 28 de septiembre de 2010

"La preeminencia de la mano derecha: Estudio sobre la polaridad religiosa" de Robert Hertz

Capítulo I: LA ASIMETRÍA ORGÁNICA

Según opinión general, la preeminencia de la mano derecha resultaría de la estructura orgánica del hombre. De todas las hipótesis “anatómicas” al respecto hay sólo una que persiste: La que vincula este hecho con el mayor desarrollo del hemisferio cerebral izquierdo, desarrollo que enerva los músculos del lado opuesto.
“Somos diestros de manos porque somos zurdos de cerebro”, en palabras de Broca. Entonces habría una asimetría de los centro nerviosos cuya causa es evidentemente biológica.
Hay una clara correlación entre la preeminencia de la mano derecha con el desarrollo del cerebro izquierdo, pero no se sabe cuál será la causa o el efecto, o por qué no podríamos decir que “Somos zurdos de cerebro porque somos diestros de manos”. La mayor actividad de la mano derecha implicaría un trabajo más intenso de los centros nerviosos izquierdos, favoreciendo su desarrollo.
Algunos postulan que el hecho debería su origen exclusivamente a condiciones exteriores al organismo. A pesar de la presión externa que la sociedad ejerce desde la infancia sobre los zurdos, éstos guardan toda su vida preferencia instintiva sobre el uso de la mano izquierda. Entonces no es necesario negar existencia de tendencias biológicas hacia la asimetría, pero no basta para determinar la preponderancia de la mano derecha sin influencias externas.
Aunque admitieramos que la naturaleza sobrepone la mano derecha a la izquierda faltaría explicar por qué un privilegio institucional viene a reforzar este privilegio natural, por qué la mano derecha es la única entrenada y cultivada. La mano izquierda es mantenida en inactividad y no se la desarrolla. En los casos en que por alguna necesidad se entrena la mano izquierda rinde más o menos como la derecha. No es que la mano izquierda sea menos capaz que la derecha y que por eso sea rechazada, sino que es sometida a una “mutilación” que no es ejercida sobre el órgano sino sobre su función. La “destreza” no es simplemente aceptada o experimentada en forma de necesidad natural, sino que constituye un ideal al que debe ajustarse cada uno y hacia que se nos impone un respeto social mediante sanciones positivas.

Capítulo II: LA POLARIDAD RELIGIOSA.

La preponderancia de la mano derecha es obligatoria, impuesta por la fuerza, garantizada por sanciones. Por el contrario sobre la mano derecha pesa una verdadera prohibición que la paraliza.
Las diferencias de valor y función que existen entre los dos lados de nuestro cuerpo presentan al más alto nivel las características de una institución social.
Los grandes ideales que dominan aún hoy nuestra conducta han nacido y crecido bajo una forma mística o bajo el imperio de creencias y emociones religiosas. Una oposición fundamental domina el mundo espiritual: Lo sagrado y lo profano. Seres u objetos están como impregnados de una esencia particular que los consagra y aparta, sometiéndolos a un conjunto de reglas y restricciones. Las cosas o personas privadas de esta cualidad mística son comunes y libres pero tienen la prohibición absoluta de entrar en contacto con lo sagrado. Todo acercamiento entre lo sagrado y lo profano puede ser nefasto para ambos, por eso hay tantas prohibiciones y tabúes que los separan y protegen. Esta antítesis recibe un significado diferente según la posición que ocupa en el mundo religioso la conciencia que clasifica y evalúa a los seres. Todas las energías, buenas o malas, tienen el carácter de oponerse a lo profano, para quien todas son peligrosas y prohibidas. Robertson Smith tuvo razón al decir que la noción de tabú oculta a la vez lo sagrado y lo impuro, lo divino y lo demoníaco. Lo profano no se define con caracteres puramente negativos, sino que aparece como elemento antagonista que por su sólo contacto degrada, disminuye y altera la esencia de lo sagrado.
En la clasificación que desde un principio y cada vez más ha dominado la conciencia religiosa hay afinidad de naturaleza y casi equivalencia entre lo profano y lo sagrado, el polo negativo del mundo espiritual. Ambas nociones se combinan y forman, por oposición a lo sagrado, el polo negativo del mundo espiritual. El dualismo domina la organización social de los “primitivos”, funciona por oposición de mitades o fratrías, lo que está dentro de mi fratría es sagrado, por lo tanto prohibido.
Con la otra mitad puedo establecen contacto, vínculos e intercambio. Es necesaria la existencia en la misma tribu de una fracción opuesta y complementaria que asuma las acciones prohibidas para los miembros de la otra mitad. Luego este dualismo evoluciona en una estructura jerárquica, en lugar de clanes aparecen las castas o clases, de las cuales habrá una “superior”, “sagrada”, noble, y a las inferiores, “profanas”, se les dedica a trabajos viles. La polaridad social es reflejo de la polaridad religiosa.
También se oponen los sexos: En general el hombre se relaciona con lo sagrado y a la mujer con lo profano. Por eso en el ámbito de la magia se la dota de obras para la brujería. La actividad ritual se orienta según dos polos apuesto que tienen una función esencial en el culto, correspondientes a las dos actitudes contrarias y complementarias de la vida religiosa. ¿Cómo iba a escapar el cuerpo humano de esta polaridad? Es necesario que una de las manos “ignore lo que hace la otra”. Si la asimetría orgánica no hubiese existido habría tenido que inventarse.

Capítulo III: LOS CARACTERES DE LA DERECHA Y DE LA IZQUIERDA.

El lenguaje refleja claramente la forma en que loa conciencia colectiva encara y aprecia la derecha y la izquierda. Derecha es un término único, ampliamente difundido y estable. Por otro lado izquierda tiene muchas denominaciones, algunas eufemismos manifiestos o de origen oscuro. Según M. Meillet es como si se evitara pronunciar la palabra apropiada y se la reemplazara constantemente. El carácter torcido y arbitrario de los términos para denominar a la izquierda se explicarían por los sentimientos de aversión e inquietud respecto a dicha mano.
También lo vemos en los significados de ambas palabras. Derecha expresa ideas de fuerza fisica y destreza, rectitud intelectual, buen sentido, equidad, integridad moral, norma jurídica. Izquierda evoca la mayor parte de las ideas contrarias. Suponemos que la palabra designó primero nuestra mano y después las cualidades de fuerza y habilidad que “le pertenecían”. Para la derecha es la idea de poder sagrado, regular, bienhechor; para la izquierda la representación ambigua de lo profano, impuro, débil, incapaz.
Representaciones colectivas simbólicas reflejan la afinidad entre la derecha y la vida, y la izquierda y la muerte. Una larga serie de contrastes muy diversos tienen el mismo sentido que la oposición de la derecha y la izquierda: Hombre/Mujer, Luz/Oscuridad, Arriba/Abajo, etc. ¿Es creíble que una ligera diferencia de grado en la fuerza física de las dos manos baste para dar cuenta de una heterogeneidad tan contrastada y profunda?

Capítulo IV: LAS FUNCIONES DE LAS DOS MANOS.

Los diversos caracteres de las dos manos determinan la diferencia de rango y función que existe entre ambas.
Muchos pueblos primitivos son capaces de hablar sin decir una palabra, moviendo sus cabezas y brazos. La mano derecha designa el yo, lo alto, bravura, potencia, virilidad; la izquierda los otros, lo bajo, muerte, destrucción, enterramiento. Podemos usar estos ejemplos para mostrar el contraste y la importancia fundamental de ambas manos en la constitución del lenguaje de gestos. Para relacionarse con las energías sagradas usamos el lado derecho: para entrar a un lugar sagrado el pie derecho, para rezar, para dar ofrendas, la mano.
No sólo se debe adorar a los dioses amigos, también se debe olvidar a las potencias siniestras, el lado izquierdo. Para contactos con demonios y muertos se debe usar la izquierda.
Entonces vemos que no se trata de fuerza y debilidad, ni destreza o torpeza, sino de funciones diversas e incompatibles. Por eso la creencia de la disparidad de las manos llega a producir asimetría corporal. La mano del maleficio siempre es la mano maldita, todo zurdo es un brujo posible, del cual se desconfía. Por esto la selección social favorece a los diestros, y la educación se empeña en paralizar nuestra mano izquierda, mientras desarrolla la derecha.
La vida en sociedad entraña un montón de prácticas que, son formar parte integral de la religión, están estrechamente vinculadas a ella.
Todos los usos actuales que tiene el lado derecho y lo relacionado a éste toma sentido si volvemos a las creencias que les dieron origen. El imperio de las representaciones religiosas es tan poderoso que se hace sentir en todos lados.
Así como lo profano no debe mezclarse con lo sagrado, la izquierda no debe invadir la derecha. El predominio de la actividad de la mano izquierda sería ilegítimo o excepcional, así como si lo profano prevaleciera sobre lo sagrado y la muerte sobre la vida. La supremacía de la mano derecha rige y conserva la buena creación.

Capítulo V: CONCLUSION.

La diferenciación obligatoria de los lados del cuerpo es un caso particular y una consecuencia del dualismo inherente al pensamiento primitivo. Pero las necesidades religiosas, que hacen inevitable la preponderancia de una de las dos manos, no determina cuál será la mano privilegiada. Según algunos la diferenciación se explicaría enteramente por las leyes de la orientación religiosa y el culto solar. Las partes del cuerpo se reparten en los puntos cardinales: El Sur a la derecha y el Norte a la izquierda. El pleno sol del mediodía ilumina nuestro lado derecho, mientras que el lado izquierdo está en sombras.
El mundo exterior enriquece y precisa las nociones religiosas salidas del fondo de la conciencia colectiva, pero no las crea. Nada permite afirmar que las determinaciones que tienen por objeto el espacio sean inferiores a las que tienen el cuerpo del hombre. Ambas tienen la misma procedencia: Oposición entre sagrado y profano.
Las representaciones intelectuales y morales de lo derecho y lo izquierdo son verdaderas categorías, anteriores a toda experiencia individual, puesto que están ligadas a la propia estructura del pensamiento social. Las atribuciones diversas de las dos manos son en gran parte obra de la voluntad de los hombres.