domingo, 13 de junio de 2010

Aprendiendo a usar esta cosa

Tomando en cuenta lo público de este espacio
y las infinitas posibilidades a
encontrar, resolví no volcar ningún tipo de
reflexión extremadamente personal
en este medio, con el fin de no someter
a estrés a mi yo interior. No significa para
nada que tenga algo que esconder, sino
que mis asuntos personales los trataré
en un espacio pertinente, el cual no es éste.
Puede tomarse esto como un poco en contra
de quienes ventilan sus cosas en este tipo de
medios, y puede que sea un poco así. Es
que no veo el objeto de colocar en un blog
o en el medio que sea esas frases del tipo
"Todos sepan de mi vida (como si fuera muy interesante)",
fuera de llamar la atención de unos cuantos
más a modo de entrometimiento que de verdadero
interés. Claramente estoy de acuerdo con que
cada uno puede hacer lo que le plazca, donde le
plazca, cuando le plazca, como le plazca, etc, etc...
Sin embargo, no deja de irritarme... sobre
todo de ciertas personas...

sábado, 12 de junio de 2010

El hombre primitivo y su religión

A veces nos resulta útil encontrar pequeños resumenes que nos ayuden a ver una visión amplia de ciertos textos: para comprender ciertas cosas que no nos hayan quedado claras, para tener una idea más amplia sobre lo leído o simplemente para quienes deben leer algo a última hora y tienen poco tiempo. Para todos ellos este resumen del primer capítulo de "Ciencia, Magia y Religión" de Bronislaw Malinowski.

Todos los pueblos tienen religión o magia, o desconozcan la actitud científica o ciencia. Se distinguen ahí los dominios de lo Sagrado y lo Profano, respectivamente. Se observan en distintas culturas diferentes actos que se consideran sagrados, realizados con reverencia y temor, además de reglas y tabúes, que se relacionan con creencias en fuerzas, magia, espíritua, dioses, etc. Pero también se observa que no hay arte, oficio ni forma organizada de modo de vida que no se base en observaciones de procesos naturales, noción de regularidad, razón, en definitiva, ciencia.

Tylor sostiene que la esencia de la religión primitiva es el animismo, y señala que esta creencia nació de la malinterpretación de sueños, visiones, alucinaciones, estados catalépticos y fenómenos similares, gracias a las cuales se distinguió el alma del cuerpo afirmando que el alma continúa viviendo tras la muerte y que puede aparecer a los vivos e influir es sus destinos. Ahí se habría fundado la creencia en fantasmas, inmortalidad y el mundo más allá de la muerte. De tal modo el animismo, esto es, la filosofía y la religión del hombre primitivo, se ha visto construido sobre la base de observaciones y conclusiones erróneas. Pero muchos trabajos en terreno demuestran que la religión primitiva no siempre encaja con la visión de Tylor. Frazer por su parte señala tres problemas que ocupan a la antropología:

  1. La magia y su relación con la religión y ciencia.

El animismo no es la única creencia salvaje. El primitivo consultará el curso de la naturaleza para fines prácticos y lleva a cabo tal cosa de modo directo, por medio de rituales y conjuros, obligando al viento y al clima, a los animales y a las cosechas, a obedecer su voluntad. Sólo mucho después, al toparse con las limitaciones del poder de su magia, se dirigirá a seres superiores, con miedo o con esperanza, en súplica o en desafío; tales seres superiores serán demonios, espíritus de los antepasados o dioses. La magia, basada en la confianza del hombre en poder dominar la naturaleza de modo directo, es en ese respecto pariente de la ciencia. La religión, la confesión de la impotencia humana en ciertas cuestiones, eleva al hombre por encima del nivel de lo mágico y, más tarde, logra mantener su independencia junto a la ciencia, frente a la cual la magia tiene que sucumbir.

Preuss en Alemania, Marett en Inglaterra, Hubert y Mauss en Francia, postulan que, a pesar de su similar apariencia, ciencia y magia difieren sin embargo de un modo radical. Ciencia nace de la experiencia, se guía por la razón y se corrige por la observación, magia de la tradición. La ciencia se guía por la razón y se corrige por la observación, está abierta a todos, es decir, es un bien común de toda la sociedad; la magia, impermeable a ambas, vive en una atmósfera de misticismo, es oculta, se enseña por medio de misteriosas iniciaciones y se continúa en una tradición hereditaria o, al menos, sumamente exclusiva.

Mientras que la ciencia se basa en la concepción de ciertas fuerzas naturales, el hontanar de la magia es la idea de un poder místico, que es una idea casi universal que se encuentra en cualquier lugar donde florezca la magia. Ésta es la esencia de la «religión preanimista» y, a la vez, constituye la esencia de la magia que, de tal modo, resulta radicalmente diferente de la ciencia.

  1. El totemismo. El aspecto sociológico los credos salvajes.

“íntima relación cuya existencia se supone, por un lado, entre un grupo de gentes emparentadas y una especie de objetos naturales o artificiales por el otro, objetos a los que se llama tótems del grupo humano”. Es a la vez un modo de agrupamiento social y un sistema religioso. Alguno de los animales o plantas del entorno se venera y se transforma en tabú para un clan asociado a él, clan que pertenece a una tribu mayor. El sistema de clanes revela el aspecto sociológico de las formas culturales tempranas. El salvaje depende del grupo para la cooperación en lo práctico y la solidaridad en lo mental. Hay una conexión íntima entre la organización sicoal y el credo religioso. Robertson Smith y Emile Durkheim ya lo habían dicho y este último pensaba que el totemismo era la forma más antigua de religión. Señala que el tótem no es otra cosa que el clan mismo. Esto será criticado y puesto en duda luego.

  1. Cultos de la fertilidad y la vegetación.

Asombrosa variedad de cultos mágicos y religiosos para estimular y controlar la naturaleza, que incluyen hasta sacrificios. En La rama dorada se muestra que para el primitivo la muerte es un paso hacia la resurrección. Algunos estudiosos señalan que la fe y el culto brotan de las crisis de la existencia humana. La tensión de las necesidades instintivas, las fuertes experiencias de la emoción, conducen, de una u otra suerte, al culto y al credo.

Dos importantes contribuciones a la teoría de la religión primitiva:

- Primitiva idea de un sólo dios.

Lanz indicaba la existencia, entre ciertos aborígenes australianos, de la creencia en un tribal Padre de todas las cosas y el reverendo Schmidt adujo gran evidencia probando que tal creencia es universal en todos los pueblos de las más simples culturas y que no ha de despreciarse como un fragmento mitológico carente de importancia ni, menos aún, como un eco de la enseñanza misionera. De acuerdo con Schmidt ello parece, con mucha mayor probabilidad, un indicio de una forma pura y simple de temprano monoteísmo.

- Lugar de la moral en la religión primitiva.

El problema de la moral como una primera función religiosa fue también dejado a un lado hasta que recibiera tratamiento exhaustivo no sólo en las obras de Schmidt, sino también en dos trabajos de importancia extraordinaria: Origin and Development of Moral Ideas del profesor E. Westermarck y Morals in Evolution del profesor L. T. Hobhouse. Para el salvaje todo es religión, de que vive perpetuamente en un mundo de mística y ritualismo. Si la religión significa lo mismo que «vida» y que «muerte», entonces ¿qué es, pues, lo que queda fuera, cuál es el mundo de lo «profano» en la vida del primitivo?

La religión del primitivo ha ido asimilando toda suerte de cosas heterogéneas. Magia y religión no son solamente doctrina o filosofía, sino un modo especial de conducta, una actitud que han construido la razón, la voluntad y el sentimiento a la vez. Pero todo esto, la relación exacta entre las contribuciones que a la religión le vienen de lo social y de lo individual, no está claro.